Triple puerta grande en Villacañas

Eugenio de Mora, Gómez del Pilar y Raúl Rivera a hombros en la localidad toledana de Villacañas ante un encierro de la ganadería toledana de Alcurrucén y El Cortijillo. De este modo, la terna al completo, salió por la puerta grande ante un encierro serio y variado de comportamiento. Cortando un total de nueve orejas y un rabo repartidas entre la terna toledana.

Abrió plaza el toledano Eugenio de Mora con un toro alto y voluminoso, al que pudo entender desde las primeras embestidas. Toro serio y noble donde el toledano estuvo firme y le entendió bien con su concepto castellano. Mató  de una estocada entera que no fue suficiente para que cayese el animal, a la que tuvo que acompañar a golpe de verdugillo para cortar la primera oreja de la tarde.

El cuarto de la tarde -segundo de su lote- para Eugenio de Mora fue el mejor animal del encierro. El de El Cortijillo tenía clase a raudales por ambos pitones. Eugenio se sintió torero y así lo mostró en la faena, poderoso al natural y firme en los pases de pecho. Con gusto y mano bajo abrochó los finales de la faena para rematar con una certera estocada y desorejar al animal.

Recibió Gómez del Pilar al segundo de la tarde, con la suavidad que le caracteriza al toledano, sacando grandes naturales por el pitón derecho a un toro frenado pero con clase. La faena fue a menos cuando parecía que podía romper el animal pero Gómez del Pilar lo exprimió al máximo y volvió a demostrar el movimiento que atraviesa actualmente. Abrochando una de las tandas finales con un “trincherazo” de cartel. Mató de una estocada algo tendida y a la que necesitó la ayuda del descabello, para desorejar al primero de su lote.

El quinto de la tarde -segundo de su lote- fue el animal más deslucido de todo el encierro. Toro soso y prácticamente sin humillación alguna. Tuvo que tirar de oficio y hacérselo todo Noé acordándole los terrenos y torrándole pegado a tablas. Cortó una nueva oreja premio de la voluntad y el oficio que atesora,

Raul Rivera formó un lío gordo en el tercero de la tarde. Era uno de los toros que más gustaba a las cuadrillas y que más expectativas generaba en el campo cuando estaba reseñado. Y es que el de El Cortijillo no podía fallar. Otro animal que atesoraba gran clase. Con clase y pellizco lo toreó Rivera en un aseado y bonito inicio de faena. En la muleta lo toreó con mando y suavidad al natural. Una faena sin lugar a dudas muy vistosa, al igual que lo fue su tercio de banderillas, donde puso en pie a la plaza. Mató de una gran estocada para cortar las dos orejas y rabo del astado.

Cerró plaza Raúl Rivera volviendo a formar otro lío banderillas para agrado y jolgorio de los presentes. Faena muy completa con un abanico armónico y de arte ante un animal que soltaba la cara de vez en cuando en los finales de los muletazos. Mató de una estocada tras varios pinchazos con los aceros para cortar una nueva oreja.

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