Joaquín Galdós corta cuatro orejas en una tarde de torería de Morante y pinceladas de Juan Ortega en Segovia


Había ganas de que volviesen los toros a la ciudad de Segovia (Castilla y León) y lo hacían con un cartel más que interesante. Un cartel con renombre, como es el de Jose Antonio Morante Camacho, y las nuevas inclusiones en el escalafón como son las del sevillano Juan Ortega y la del peruano Joaquín Galdós, que atraviesa un gran momento. Se lidiaban reses de la ganadería de Garcigrande. Se registró una entrada más que interesante en los tendidos, con aficionados llegados de todas partes.


Abrió la tarde Morante de la Puebla ante el primero de Garcigrande al que no quiso verlo ya de salida. Muy bien presentado, con cuajo y con trapío. Ni Morante ni la cuadrilla quisieron verlo. Desastroso tercio de banderillas donde se dieron más de cinco pasadas para dejar apenas cuatro palos sobre los lomos del animal. Peor no se podía hacer. Pero así es el arte, Morante algunas veces si… otras veces no… Ahora tocaba el no, porque en el segundo de su lote, cuarto de la tarde; iba a cuajar una gran faena. Una faena para el recuerdo de los presentes, donde el cigarrero se sintió muy cómodo frente al de Garcigrande.

Nada que ver con el primero de su lote, en una corrida bien presentada, pero desigual de hechuras.

Morante dejó verónicas de bella factura. De las que el cigarrero sabe. De esas que se desprende el sabor y el aroma a toreo añejo. La primera, como fue la primera… la primera verónica duró una eternidad. Se pararon los relojes. Se paró el tiempo sobre la arena de Segovia. Remató con una media ajustada en los medios para el deleite de los aficionados.

El inicio… como fue el inicio también… Nos hizo transportarnos a otra época. Inicio añejo y por abajo pegado a tablas, dejando un tremendo trincherazo en la cara del animal.

Sacó al de Garcigrande de tablas y casi en los medios le propuso faena. Toro valido pero justo de fuerzas, pero que le iba a servir.

Paró los relojes con la muleta. Y es que no se puede torear más despacio que lo hace Morante de la Puebla. Porque cuando él quiere, puede de verdad. Despacio y sin prisa ninguna, formo un alboroto, donde se lo paso por donde quiso. Cortando una oreja más que merecida.


Juan Ortega, otro que desprende el aroma a torero desde Triana. Juan no lo tuvo nada fácil con el primero de su lote al cual estuvo muy por encima de este. Complicado el de Garcigrande en la muleta, ante su nula humillación en esta. Ortega lo macheteó por abajo y le hico las cosas como hay que hacérselas a este tipo de animales. No pudo estar mejor y no pudo sacar más de donde no había. Ovación para el sevillano.

Al quinto de la tarde le pinchó con la espada una faena que quizás hubiese valido mínimo una oreja.

Ortega, otro que va sobrado de muñecas… ¡Menudas verónicas nos dejó también! 

En la faena de muleta mucha torería. Por abajo, trincherazos y naturales al relentin. Con Ortega hay toreo para rato… pero la asignatura de la espada la tiene pendiente.


Joaquín Galdós tiene hambre. Y así lo demostró en la tarde de hoy en Segovia. Bien es verdad que gozó del mejor lote, pero el peruano no se dejó nada dentro.

Faenas muy similares tanto como la que realizó en su tercero, como en el sexto y último que cerraba plaza. Muy correcto y con un amplio despliegue capotero en ambos toros.

El tercero de la tarde fue muy bueno y le sirvió por cualquiera de los pitones. Realizó una faena al natural con redondos eternos ante un animal que iba en todo momento a por la muleta. Se la comía. Mató con una estocada en todo lo alto para cortar dos orejas, mientras que el animal recibió la vuelta al ruedo.

El sexto de la tarde tampoco fue malo. Galdós le entendió bien, y en esta ocasión sí que supo darle aire al animal, cosa que no hizo en el anterior. Donde toreo demasiado pegado al animal sin darle respiro alguno. 

Volvió a asestarle otra gran estocada para cortar nuevamente dos orejas.


Ficha del festejo:

Plaza de Toros de Segovia. Gran entrada en los tendidos. Medida de seguridad en todas las puertas de la plaza.

Morante de la Puebla: silencio y oreja

Juan Ortega: ovación y ovación con saludos


Joaquín Galdós: dos orejas y dos orejas

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