Álvaro Lorenzo da motivos, y vuelve a pasear una nueva oreja en San Isidro


El matador de toros toledano Álvaro Lorenzo se refrendaba en la tarde de ayer, en el día de San Isidro en la Comunidad de Madrid, cortando una nueva oreja y dando motivos suficientes de porque había cogido esa sustitución de Emilio de Justo. Iba a ser en el quinto toro de la tarde, donde Curro Díaz paseó una oreja del sexto y Ginés Marín cayó gravemente herido.

La sustitución de Álvaro Lorenzo no había caído con buen pie en muchos aficionados. El run run estaba presente en las redes desde el momento en el que Álvaro Acebedo había adelantado que el toledano había sido elegido por Plaza Uno tras cortar la primera oreja de la feria y caer herido. La afición no estaba de acuerdo y ponían por delante, a un matador de toros madrileño y más en una fecha tan destacada en la comunidad madrileña. Hablándose de Uceda Leal tras el gran sabor de boca que dejó en la corrida goyesca o de la oreja de peso que cortó Javier Cortés en la tercera de feria. Pero Álvaro había llegado para poner de acuerdo a todos, todas y todes y justificar con creces su sustitución. Y así fue.

Poco pudo hacer Lorenzo con el primero de su lote. Un animal que fue protestado de salida y que se mermó por completo en el tercio de varas dando una aparatosa voltereta al entrar al caballo. Doblando las manos entre gritos por parte del presente pidiendo la devolución del toro, mientras que el presidente decidía sacar el pañuelo blanco y cambiar el tercio. Pero en el primer par de banderillas fue nuevamente al suelo y hubo que cambiar el blanco por el verde. Con una maestría nuevamente por parte de "Florito" entraba el de El Parralejo en los corrales y salía el sobrero de José Vázquez.

Un sobrero nada fácil. Ya de su salida se vió. Un toro que no buscaba pelea en ningún momento y huía de lado a lado de la plaza. Lorenzo tuvo que cambiar obligado los terrenos ya que el animal no presentaba pelea ni ponía nada de su parte. Algún natural suelto en los terrenos del tendido 1 y el toledano tuvo que pasaportar a un animal del que no podía rascar mucho más. Pinchó con la espada y mató con una estocada entera en el segundo intentó. Rematando al de José Vázquez a golpe de verdugillo.

Lorenzo sabía lo que se jugaba, lo que estaba en juego y el run-run como dice la canción de Rosario que había todo el rato en las gradas. Qué por cierto, con tantas voces.. y jugándose un hombre la vida en el ruedo... parece que estamos en el bar viendo el fútbol y no en los toros. No sabemos realmente donde están y donde dejan de estar los antitaurinos... Por lo tanto, Álvaro sabía que le quedaba un boleto en el tren y iba a subirse en él, estuviese en marcha o no. Y este de El Parralejo si que tuvo marcha. Y de la buena... Algunos dicen, que era para desorejarle.

Álvaro brindó su faena al respetable. Sabía que algo podía pasar y poner de acuerdo a todos, bueno, a casi todos... Se fue a los medios y se quedó más quieto que las estatuas. Qué cerca le pasó el de El Parralejo... Lorenzo apostó y apostó a caballo ganador. Quizás es cuando más soplaba el aire y cuando más molestaba en la muleta, pero el toledano tiro de oficio y valor. Las Ventas volvió a rugir en "olés" con la derecha del toledano que volvió a brillar al natural. Volvió a dar naturales de verdad. La faena decayó en los compases finales y decidió rematar su faena con unas ajustadísimas bernadinas. Ahí es cuando el público volvió a jalear al toledano. Estocada de libro y el de El Parralejo rodó instantes después. Cortando Lorenzo un nuevo trofeo y sumando dos orejas en las dos comparecencias -hasta el momento- en la feria de San Isidro 2022.

Foto: Alejandro Lara

Curro Díaz paseó otra oreja en la tarde de ayer. Fue al sexto y último de la tarde que pertenecía en suerte a Ginés Marín. El extremeño sufrió un "tabaco" gordo en el tercero y tuvo que ser operado de urgencia en la plaza. El de El Parralejo era feo de lámina pero bonito en la muleta. Curro tenía un último cartucho -de los tres que tenía en su revólver- y no lo iba a dejar pasar por alto. Hubo ceñimiento en la faena y muletazos con gusto y por abajo. Abrochando un final de faena muy vistoso. Sobre la bocina y con una estocada hasta la bola, Curro iba a tocar pelo. Si, hasta la bocina. Y hasta la bola. La petición no estaba nada clara y de hecho se tuvo que viajar hasta el desolladero, donde había viajado la oreja de Curro Díaz, que tenía que pasear en sus manos.

Dicen las malas lenguas... que a Curro se le fué el primero de la tarde. Un toro para reventar Madrid y abrir la puerta grande. Lo que estaba claro era que el de El Parralejo era bravo, pronto y encastado en la muleta. Hubo momentos muy buenos, incluso donde Madrid rugió con Curro, pero lo que nunca hubo fue rotundidad en la faena. Toreo caro y toreo con gusto por parte del de Linares donde pudo ser y no fue. Lástima... Recogiendo una fuerte ovación desde los medios. El cuarto de la tarde (segundo de su lote) fue pasaportado sin penas ni glorias. El de El Parralejo no tenía nada dentro y poco pudo hacer el de Linares con él.

Quería dejar las líneas del final para hacer mención de honor a Ginés Marín. Para poner en su piel la frase de "los toreros están hechos de otra pasta". Ayer, Ginés volvió a jugarse la vida. Si Madrid lo sacó a saludar desde los medios tras ser el triunfador de la pasada feria, Ginés aguantó derecho como una vela y con el muslo reventado, para volver a salir a los medios, y volver a recoger una ovación antes de marchar hacía la enfermería. Gloria a los toreros. Ni un mal gesto, ni una mirada... Ginés sabía que la llevaba y la llevaba gorda. Pero jamás miró hacía la enfermería hasta dar muerte al animal. Se volvió a poner en la cara del toro, con la pierna arrastra. El muslo le tenía partido en dos y la sangre no paraba de brotar por la taleguilla. Pero Ginés quería honrar a la profesión hasta el último momento. Y después de recoger esa mencionada ovación tras dar muerte al animal, Ginés más derecho que una vela y sin hacer ningún aspaviento, se marchaba por su propio pie a la enfermería. Llegando el momento más emotivo de la tarde. Un beso entre padre e hijo. Entre hijo y padre. Un beso que recorrerá y perdurará en el tiempo que los toreros están hechos de otra pasta.

Parte médico de Ginés Marín: 

Herida por asta de toro en tercio medio de muslo derecho, con orificio de entrada por cara anterior y con dos trayectorias. Una ascendente de 25 centímetros que alcanza anillo inguinal y contusiona arteria femoral, y otra transversal de 20 centímetros que lesiona el recto anterior y presenta orificio de salida en cara lateral del muslo. Es intervenido quirúrgicamente bajo anestesia general y trasladado al Hospital de La Fraternidad.Pronóstico : Grave que le impide continuar la lidia".


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