Carballo saluda una ovación en una decepcionante novillada de Baltasar Iban
Sin embargo, la de hoy muy lejos de lo acostumbrado. Y comienza a ser preocupante lo de Baltasar Iban con una novillada que pecó de sosa, mansa y sin emoción alguna. Salvando algo al tercero de la tarde lidiado por El Rafi.
Juan Carlos Carballo nos dejó lo más positivo de la tarde de hoy. Positivo porque estuvo a un gran nivel para lo que tenía delante, un lote infumable. Carballo ejerció perfectamente de director de lidia, tanto en sus animales, como en los de sus compañeros. Todo con mucho oficio, mucha entrega y mucha voluntad por su parte.
Su primero no tuvo humillación alguna, en ningún momento bajaba la cara y eso que Carballo le intentó obligar a toda cosa. Esta vez las rehatas y los nombres clásicos de la ganadería no funcionaron para nada. Puso mucha voluntad en vano y mató recibiendo al toro con una estocada algo desprendida.
Del cuarto de la tarde, menos todavía. Mostrándose con mucha disposición y firmeza y pegando El arrimón ante un novillo que estaba vacío por dentro. En esta ocasión fué premiado con una ovación con saludos por su buena labor durante toda la tarde.
Antonio Grande y decepcionó como lo lleva en su apellido, a lo grande. No quiso ni ver a ninguno de los novillos de su lote correspondiente, y si nos ponemos rigurosos, así no se puede venir a Villaseca de la Sagra -con esta aptitud-.
En su primero únicamente destacar la manera de entrar a matar, dejando una estocada arriba a la primera. Al quinto que recibió aplausos de salida, no quiso ni verlo. Un novillo de Villaseca con gran planta y con gran trapío, al que masacraron en varas. Abrevió con la muleta y se llevó una pitada sonora por parte del público.
El Rafi sorteó el lote más "potable" de la tarde, si lo podemos decir de alguna manera. Su primero que hizo de tercero, fue el animal que se dejó un poquito y que se entregó algo en la muleta. Rafi logró sacarle alguna tanda meritoria y dejó algún natural bueno. Quién sabe si acabó perdiendo algo, donde pinchó con los aceros.
Con el sexto y último que cerraba plaza, al igual que con su anterior, se mostró firme y buscando la colocación. Dejó buen sabor de boca y buenas maneras. Ahora sí, mató a la primera con la espada y algún pañuelo tímido salió de las gradas, cerrando así una novillada para olvidar en Villaseca de la Sagra.
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