Regreso de los toros a Parla con indulto incluido
Hasta diez orejas y un rabo se repartieron entre Manuel Jesús "El Cid", Javier Cortés y Román Collado que fué quién indultó al último animal de la tarde.
Abrió la tarde calurosa Manuel Jesús "El Cid" ante un toro valido para hacerle faena con buena embestida pero con escaso motor. Lo que el animal hacía lo hacía a bien, pero le faltó algo más de chispa. El sevillano toreó bien y templado al de El Pilar qué fue muy noble en la muleta, cuajando una buena faena y dejando una estocada caída, cortando dos orejas. No podía haber mejor comienzo en el regreso de los toros a Parla.
Su segundo fue mucho más soso y quizás el de peor condición del encierro en líneas generales. El Cid estuvo muy por encima del animal y se pegó el arrimón. Buscándole el muletazo y tapándole muchos defectos. Sacando naturales de bella factura y dejando un final de faena muy pintoresco. Mató con una estocada caída, dos orejas excesivas.
Javier Cortés dejó una gran tarde y estuvo a un nivel muy alto con su lote. Dejando una grata impresión en los tendidos, con mucha disposición y valentía durante la tarde.
A su primero le toreó de lujo con la capa donde se gustó y toreó por verónicas, dejando algunas de ensueño. El inicio de faena fue en los mismos medios. Allí se le pasó por delante y por detrás sin penas ni glorias algunas. Formando el alboroto en los tendidos y pasándole por ambos pitones.
La faena fue al natural y por el izquierdo, por ahí llegaron los mejores momentos. Se tiró a matar con todo y dejó la espada algo caída, cortando dos orejas,
En su segundo -quinto de la tarde- volvió a dejar otra gran dimensión con el animal. Y volvió a demostrar que hay torero y ganas para rato.
Un animal complicado y con una embestida brusca al que Javier supo dominarle y llevársele a sus terrenos. Lo mejor llegó en el tramo final de faena donde tiró la ayuda y se le pasó al natural y exponiéndose por ambos lados. Armando otro lío y volviendo a cortar dos orejas.
Román Collado vivió la cara y la cruz en la tarde de hoy. Y si dicen que el orden de los factores no alteran el producto, diríamos que vivió la cruz y la cara en su lote.
Con su primero poco pudo hacer el valenciano, que se intentó justificar de la mejor manera posible. Lidiando el peor animal del encierro. Un toro que no tenia nada dentro y que no bajaba la cara cuando se le echaba la muleta. Dejó una media estocada saliéndose de la suerte y rematando con el descabello, para ser silenciado.
Con el sexto y último de la tarde llegó la cara. La cara del indulto y la cara de felicidad que tenía Román Collado tras indultar a "Alambito" de la ganadería de El Pilar.
Si la tarde comenzó bien, no podía acabar mejor en el regreso de los toros. Un buen animal de El Pilar con una embestida poderosa y por el que apostó Román dejándole que se viniera de lejos a la muleta. Provocando la emoción en el tendido.
El valenciano rindió a un gran nivel y estuvo a gran altura en una faena al natural. Tandas y tandas y el animal no se cansaba de embestir. Hecho que provocó que se empezara a calentar el ambiente.
Todo llegó con una voz desde el callejón donde se le dijo al valenciano: "no le mates", a partir de ahí el pastel cogió otro rumbo y se empezaron a asomar los primeros pañuelos desde los tendidos, mientras que el valenciano toreaba al ritmo de la banda de música y el público se divertía y disfrutaba de la faena. Román se percató del asunto y comenzó a mirar constantemente al palco, donde desde este le hacían gestos de que entrara a matar. Incluso llegó a escuchar un aviso.
Y lo que pasó de hacer señas desde el palco para que mátese al animal acabó a pasar a sacar el pañuelo naranja desde la presidencia e indultar así el toro de este modo.
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