Francisco Montero, un romántico que revienta Villaseca con Monteviejo
Y vaya como lo afrontó. En el sorteo durante esta mañana ya se le reflejaba en el rostro la sonrisa que tenía de oreja a oreja, y eso que le había tocado el más serio de la novillada, pero eso no era problema para él. Las ganas y su ambición estaban por encima de todo. Y así fué.
Como bien he dicho antes un loco y a la vez un romántico de este mundo tan complicado. A base de tesón, valentía, ganas, esfuerzo y digámoslo todo: huevos; Francisco Montero salía por la puerta grande de Villaseca de la Sagra a las 20:55 horas de la noche, tras cortar dos orejas -una y una- ante una seria novillada de Monteviejo. Las lágrimas en su rostro reflejaban la gran satisfacción de hacer una gran actuación en uno de los certámenes de novilladas más importantes de España. Poniendo muy complicada la decisión del ganador del Certamen de este año.
Abrió la tarde en la quinta y última de feria el novillero almeriense José Cabrera ante un novillo simplón que habría plaza ante una plaza a reventar donde se había colgado el "no hay billetes".
El tercio de banderillas fue muy discreto y en la faena con la muleta nunca cogió vuelos. Faena muy discreta que se vió más afeada aún con los aceros donde estuvo mal.
Su segundo, bonito de presencia; bajo y con hechuras que podían dar de que hablar, tampoco sería. Ahora si protagonizaba un gran tercio de banderillas pero en la muleta no pudo gustarte prácticamente nada, y tuvo que ejercer más de lidiador que de otra cosa. Volvió a estar mal con la espada.
Cristóbal Reyes tampoco tuvo su tarde con los aceros. Y eso que fué a por todas a la primera de cambio, con el primero de su lote. Sin pensárselo dos veces se marchó a porta gayola, donde estuvo apunto de ser cogido por el animal.
En el primero de su lote donde rindió a un gran nivel con el de Monteviejo, donde supo someterle en la muleta y bajarle la mano en todo momento. Haciéndose con el animal. Con paciencia y mimo logró sacarle buenos naturales, muy profundos y hasta el final. La faena fue de menos a más, pero se acabó afeando con los aceros, donde pinchó y perdió posibles opciones de cortar pelo.
Con el quinto paso más desapercibido, le costó mucho más sacarle algo y cuajar faena. Algunos muletazos sueltos ante un animal que estuvo apunto de cogerle.
Reyes intentó justificarse buscando la colocación en la cara del animal y pegando un arrimón final, volviendo a pinchar con la espada.
Francisco Montero fué sin lugar a dudas el gran triunfador de la tarde de hoy, y quién sabe si el gran triunfador del Alfarero de Oro 2019. Llegó tras coger una sustitución y vaya que si la aprovechó.
Montero no vino a guardase nada a Villaseca de la Sagra, vino a matar o morir. Con mucha verdad en su toreo y con una gran valentía que le caracteriza.
A su primero le recibió con una larga cambiada de rodillas, seguido de varias verónicas enlazadas, que hicieron rugir a la plaza de La Sagra. Montero quiso lucir al de Monteviejo en el tercio de varas y hizo todo a favor del novillo en todo momento, algo que se tiene muy en cuenta en Villaseca.
En su faena de muleta tiró de verdad y de pureza. Cuajando una faena de menos a más al natural donde se mostró totalmente entregado. Con mucha verdad se pasó al de Monteviejo y comenzó a calentar al público, haciendo una faena más que meritoria. Llegó la hora de la verdad, con la espada.
Montero no se lo pensó dos veces y se tiró a matar, dejando una estocada en todo lo alto, siendo posiblemente la estocada de la feria. El novillo rodó a los segundos y Francisco Montero rompió a llorar, ante una plaza que estallaba en júbilo con su actuación. Todo fue emoción.
Con el sexto y último que cerraba plaza, Montero no se lo pensó dos veces. Fue a por todas. Sabiendo que podía ser perfectamente el ganador del Alfarero de Oro o al menos luchar por él.
Volvió a repetir la imagen de Las Ventas y el silencio se hizo presente en Villaseca de la Sagra. Don Francisco Montero se marchaba a porta gayola con el capote de paseo, al igual que lo hizo en Las Ventas con la de Saltillo. Los nervios aumentaban por segundo. Un tío se estaba jugando la vida en el ruedo. Salió el serio y cuajado de Monteviejo por toriles y Francisco Montero puso en pie a la plaza.
En la faena con muleta, volvió a darlo todo. Buscando la colocación ante el serio de Monteviejo y cuajando otra gran actuación al natural y de verdad. Quiso poner el colofón final con unas ajustadas manoletinas donde se le volvió a pasar muy cerca.
Cogió los aceros y toda la plaza empujaba para que esa espada cayera de primeras en el animal y en buen sitio. Montero se tiró de verdad y en esta ocasión, la espada quedó algo caída. Pero la petición de oreja era más que mayoritaria y Montero iba a cortar una oreja de ley, para salir posteriormente por la puerta grande. Demostrando lo bonito y maravilloso que es este mundo. Que muchas veces te da y muchas veces te quita.
En esta ocasión, le había dado. Le había dado gloria con sabor a victoria en Villaseca de la Sagra.
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