Triunfo de Morante y Cayetano en Añover de Tajo, donde Aguado se estrelló con la espada

Los diestros Morante de la Puebla y Cayetano Rivera salieron este sábado triunfadores en la localidad toledana de Añover de Tajo tras repartirse dos y tres orejas, respectivamente, en una tarde en la que el tercer espada, Pablo Aguado, sumó también un apéndice.

La tarde de Añover de Tajo tuvo varias lecturas. Todas para hacer pensar. La primera, que en cualquier plaza, de pueblo como es el caso, se pueden truncar las ilusiones y proyectos del más pintado; en este caso Morante, quien sufrió una feísima voltereta en el cuarto, cayendo sobre el cuello, y recordando otros percances de fatales consecuencias.

Pasando a analizar lo ocurrido en el ruedo, hay que decir que Morante se quitó del medio a su mortecino primero, y que frente a su segundo, que brindó algo más de fuelle, el de La Puebla del Río se inventó una faena en la que el de Algarra fue tras la muleta con obediencia aunque sin brío.

En el tramo final de la faena el toro arrolló a Morante, que cayó muy feamente. Se levantó algo aturdido y pasaportó a su agresor de buena estocada entera arriba, siéndole concedidas dos orejas, que paseó luciendo chaleco.

El segundo de la tarde fue noble y tuvo la fuerza muy medida. La chispa la tuvo que poner -y la puso- Cayetano, con varias verónicas -forzando la figura- y un vibrante inicio sentado en el estribo primero y de rodillas después. Labor correcta, de buen trazo por el derecho con el toro venido a menos.

El quinto, sin embargo, ofreció un juego encastado. El de Algarra hizo honor a su hierro y embistió con emoción aunque sin excesiva clase. Cayetano puso fibra y destacó en varias fases de derechazos y en la firmeza de plantas, además de un gustoso final de faena.

Al primero de Pablo Aguado -tercero de la tarde- tampoco le sobró fuelle, pero a éste, además, le faltó raza, queriéndose ir a tablas constantemente. Aguado lo pasó con pulcritud a media altura, componiendo la figura pero sin llegar al tendido ante la falta de oponente.

El que cerró plaza tuvo más motor que sus hermanos, y colocó la cara para embestir a las telas manejadas por el sevillano. Magnífico resultó el recibo a la verónica y entonada la faena de muleta, erguida la figura, compuesta con garbo sin afectación. Sin embargo el de Algarra se apagó en la cuarta tanda. De no haber pinchado a buen seguro habría cortado la segunda oreja, premio que quedó en singular.

Vía EFE Noticias

Ficha del festejo:

Toros de Luis Algarra, correctamente presentados. Faltos de fuerza y raza los tres primeros, y de mejor juego cuarto, quinto (aplaudido en el arrastre) y sexto.

Morante de la Puebla: Media atravesada (silencio); estocada (dos orejas).

Cayetano: Media (oreja); estocada trasera (dos orejas).

Pablo Aguado: Pinchazo y descabello (ovación). Dos pinchazos y descabello (oreja).

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