Triple puerta grande de la terna en el cierre de la feria taurina de Añover de Tajo

 


Añover de Tajo, cerraba la feria taurina 2021 en su tarde de ayer, en una corrida de toros de la ganadería salmantina de José Enrique Fraile de Valdefresno ante una terna compuesta por los matadores de toros Fernando Robleño, Francisco José Espada y Adrien Salenc. Se daba así punto y final a la feria en un ciclo compuesto de cuatro festejos taurinos (dos corridas de toros, una novillada picada y una novillada sin picar). Y se daba el cierre por todo lo alto, ante una corrida de toros que había generado una vez más en el pueblo de Añover de Tajo, mucha expectación. Donde el toro está por encima de todo. 

Abrió la tarde Fernando Robleño -que cuajó una tarde muy seria y de mucho oficio, siendo el más destacado de la terna- ante un imponente animal de gran cuajo pero que fue desigual en la muleta del torero madrileño. Robleño siempre estuvo con oficio y por encima del animal, donde quizás por momentos, no hubo esa conexión necesaria con el público. La faena se vió afeada con los aceros tras matar al animal de una manera poco ortodoxa, provocándole una hemorragia.
Lo mejor estaba por venir, y llegó en el cuarto de la tarde. Quizás el animal más interesante, completo y que destacó de todo el encierro.
Robleño le cito y le paró con maestría en el capote donde se estiró a la verónica. Inició la faena pegado a tablas y el astado de Valdefresno le propició una fuerte voltereta, de la que este se levantó más fuerte y con más raza aún si cabe. En la muleta, Robleño se gustó y se estiró al natural, donde dejó naturales importantes. Algunos, muy despacio.
Se tiró a matar de verdad a pesar de que la espada cayó un poco atravesada, pero a pesar de ello, por su actuación global en la tarde; fue premiado con dos orejas de justicia.

Francisco José Espada recibió al segundo de la tarde, que presentaba buenas condiciones, pero que una vez más se cargaron en el caballo. Y es que por momentos, fue la tónica dominante de la tarde. Bien es verdad que la mayoría de la corrida salió justa de fuerzas, pero también fue excesivo el castigo en varas.
Espada le planteó una faena a media altura donde nunca llegó a coger fuerzas ni a conectar con el público. El torero madrileño no tuvo nunca claro donde proponerle faena y pecó de ello, cambiando de terrenos costantemente.
Milagro fue la palabra que se produjo en este segundo de la tarde. Si, milagro. Y es que el subalterno Jesús Arruga, fue cogido y espoleado de una manera muy fea por el astado, y apunto estuvo de temerse lo peor. Literalmente le salvó el nudo del corbatín por donde fue prendido por el animal.
El quinto de la tarde de nombre "Langosta" fue el animal más serio del encierro. Un animal digno de cualquier plaza de primera.
En la muleta Espada intentó cuajarle al natural en una faena de altos y de bajos. Con disposición pero nunca con firmeza en la cara del animal. Un quiero y no puedo por momentos ante un animal que hacía hilo en ella. Lo mejor de la faena llegó al final de esta, donde el madrileño pegó el arrimón final y se le pasó muy cerca. Se tiró a matar con todo, pegado a tablas -hecho que fue muy protestado- y la presidencia le concedió dos orejas excesivas.

Adrien Salenc estuvo más que firme con el primero de su lote. Animal complicado y muy brusco en la muleta. Donde destacó anteriormente dos buenas verónicas que dejó ante su oponente. Le quisó sacar con torería de las tablas hacía los medios pero el animal se apagó en un abrir y cerrar de ojos. A posteriori, muy desafortunado con la espada.
Con el sexto y último que cerraba la tarde y la feria, Adrien le lució en el capote y se estiró doblándose por bajo con el animal, en sus inicios. Propuso el toreo con la mano baja y muy reunido. Con la espada no quiso ser menos, para acompañar a sus compañeros a cruzar la puerta grande, y mató con una estocada muy eficaz pero a la vez muy baja. Premiada una vez más, con dos orejas excesivas.

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