Baltasar Ibán e Isaac Fonseca, emoción en Villaseca de la Sagra

 


Emoción, casta y bravura en la cuarta novillada del Alfarero de Oro 2021 en Villaseca de la Sagra. Dos nombres propios nos deja la tarde, y dos candidatos a llevarse los premios de este año. Por un lado, el gran encierro que lidió la ganadería de Baltasar Ibán con dos novillos de vuelta al ruedo y por otro lado, Isaac Fonseca quien desorejó al tercero de la tarde de nombre "Fusilito" y abrió la segunda puerta grande de lo que va de feria. Además Fonseca se mete entre los tres novilleros que han desorejado un novillo en lo que va de ediciones de Alfarero de Oro. 

Isaac Fonseca y Fusilito de Ibán ya forman parte de la historia de Villaseca de la Sagra. Se vivió una faena de poder a poder de casta y de bravura por parte de él de Ibán y vimos a un Fonseca que quiere ser torero. No pudo estar el mexicano más en novillero y mejor en el tercero de la tarde. Querer es poder. Fonseca tiene raza, tiene garra, tiene valor… lo reúne todo o casi todo, para convertirse en figura del toreo.

Con unos tres cuartos de entrada dio comienzo la cuarta novillada del Alfarero de Oro en una terna formada por Ignacio Olmos, Victor Hernández e Isaac Fonseca ante astados de Baltasar Ibán. Terna al completo de lo anunciado desde principios en los carteles del Alfarero de Oro 2021, echando los tres novilleros la pata hacia adelante y haciendo caso omiso a los intentos de boicot.

Abrió la tarde Ignacio Olmos ante un animal reservón y manso de Baltasar Ibán. Olmos no quiso dejarse nada fuera y se fue directo a la puerta del miedo para recibir al de Ibán, a portagayola, siendo arrasado por este. El animal presentaba ya querencia en chiqueros desde la salida de los corrales y el moracho iba una vez tras otra ante el animal, que evitaba la pelea, cada vez que este le echaba la muleta. Apenas una tanda con la man izquierda y mal con los aceros para pasaportar al primero de la tarde.

Más fuelle y algo más dinamita que su primero, tenía el cuarto de la tarde. Pero la de ayer no fue la tarde de Ignacio Olmos. Sobresaltado por momentos, sin quietud y dubitativo. Olmos sacó sueltas algunas tandas a base de querer, qué ganas no le faltaron en ningún momento. Lo que le faltó fue paciencia y quietud. Estructurar la faena y no verse perdido por momentos. Un milagro ocurrió cuando se tiro a matar con los aceros, derrotando uno de los pitones del animal, en el pecho. El golpe fue tremendo. Por momentos se temió lo peor y se pensó que podía llevar la cornada. Por fortuna, no era así. 

Victor Hernández firmó de los muletazos más destacados de la tarde. El de Santos de Humosa pinchó el triunfo con el segundo de la tarde -primero de su lote- al que le cuajó una grandísima faena al natural. Hubo momentos buenísimos de cadencia y de ajuste entre novillero y torero. Pinchó con la espada y perdió las opciones de cortar mínimo una oreja, que hubiese supuesto la primera de la tarde. Hernández entendido a la perfección a "Arbolario" -que fue otro gran novillo de Ibán- ante un derroche de bravura en la muleta por parte del animal. 

En el quinto de la tarde fue silenciado, aunque dejó momentos buenos. Fue una faena de altibajos. Hernández por momentos dejó buenos muletazos, pero por momentos se vió sobrepasado por el novillo. Otro gran novillo que embestía con codicia y con poder.

Isaac Fonseca y "Fusilero" de Ibán fueron el binomio perfecto de la tarde, y hasta el momento de la feria. Y es que va a estar muy difícil superar lo que hizo el mexicano en la tarde de ayer. Una faena de bravura por parte del animal y de valentía por parte del novillero. Fonseca no se dejó nada dentro y se echó al suelo de rodillas para torearle con la muleta dando tandas largas y arrancándose el animal de largo. Se venía como un avión. Faena por ambos pitones dando el pecho y echándole la muleta de frente y de largo. Dos tandas al natural destacaron y pusieron patas arriba la plaza de toros de Villaseca. Remató con unas ajustadas bernardinas y formó un lío gordo en La Sagra. Rubricado con un "estoconazo" para cortar dos orejas más que meritorias ante un novillo premiado con la vuelta al ruedo.

En el sexto de la tarde y último que cerraba la cuarta novillada de feria, pinchó una oreja más. Entendido bien al de Baltasar Ibán y le dejó muy buenos naturales sueltos. Perdió todo lo bueno con la espada, donde se atascó con ella. Pero el triunfo y la gloria de Villaseca de la Sagra ya le tenía asegurado.

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